INVIERNOS DE VALDEMORO Y RESPETO A LA NATURALEZA..

Según los meteorólogos, el tiempo atmosférico es "el estado de la atmósfera en un lugar y en un momento concretos". En cambio, el clima es "el tiempo atmosférico que predomina en un lugar a lo largo del tiempo". Y en Valdemoro, ver la nieve no es precisamente algo frecuente. Por ello, el pasado jueves día 28 de febrero fue mágico en cierto modo, sobre todo para nuestros niños.



 Ver nevar en Valdemoro es como ver un eclipse de Sol. Es un fenómeno meteorológico poco frecuente en nuestra localidad, en la que los inviernos se caracterizan por ser fríos y con escasas precipitaciones, en forma de lluvia normalmente. Antes nevaba más a menudo en Valdemoro, con nevadas copiosas. Pero los tiempos han cambiado. De alguna manera, los seres humanos estamos influyendo en el clima, lo estamos alterando con nuestro "progreso", y lo entrecomillo porque a veces dudo si todas las novedades que aparecen en nuestra vida cotidiana son realmente PROGRESO. El calentamiento del planeta es un hecho. Los polos se derriten. El polo norte será navegable en pocas décadas, y el nivel del mar subirá algunos metros, inundando zonas actualmente pobladas por los seres humanos. La ciudad holandesa de Amsterdam sería una de las candidatas a quedar inundadas, a no ser que se tomaran las medidas oportunas en forma de diques de contencíón. No quiero seguir recordando más consecuencias de la inconsciencia humana empeñada en progresar sin medir las consecuencias. Eso sí, queridos alumnos, sed respetuosos con la MADRE NATURALEZA, que ella sabrá recompensaros con creces. Fue, es y será nuestro hogar. Por ello debemos cuidar de ella.

Ayer hablaba con Jesús, nuestro conserje, y me recordaba las célebres nevadas que caían en Valdemoro en su niñez. Me comentaba los muñecos de nieve que hacían en la Plaza de la Constitución, junto a los Toriles, bajo la Torre del Reloj, muñecos que permanecían ¡¡meses!! sin derretirse del todo. Yo también recuerdo en mi pueblo natal toledano, El Romeral, nevadas de medio metro, con las gentes haciendo caminitos con una pala, desde la puerta de sus casas al centro de la calle, por la que se abría una pasarela principal. Hablo de los años sesenta. ¿Por qué ya no ocurre? Los gases de los millones de vehículos a motor, los humos de las grandes ciudades, con sus calefacciones, fábricas, etc, han alterado el clima. La magia desaparece...El cemento y las chimeneas lo copan todo. ¿Hacia dónde vamos?

En medio de estos atropellos continuos a la naturaleza me viene a la cabeza un viejo proverbio de la India milenaria:   La Tierra no es una herencia de nuestros padres; es un PRÉSTAMO de nuestros hijos.
Apliquémonos el cuento.

FOTOS: Las hice el 11 de enero de 2010. ¿Cuándo se repetirá?